
Las vías verdes son los antiguos trazados de ferrocarril que actualmente no tienen servicio de trenes y están dispersadas por toda la geografía española llegando a contar con más de 2000 kilómetros. El origen ferroviario de estas vías hace que se pueda transitar sin gran esfuerzo físico por rincones que de otro modo serían de gran complicación.
En 2002 la Fundación También puso en marcha el «handcycling» en España y años después se inició el “Proyecto Huellas”, que fue revolucionario ya que dotó a 10 vías verdes para el uso de bicicletas adaptadas poniendo a disposición 30 unidades para el disfrute gratuito de personas con discapacidad. Así como también inició la andadura del “Proyecto Huellas urbanas” con el mismo objetivo situado en 10 ciudades de España.
El contacto con la naturaleza es un aliciente para practicar deporte y salir de la rutina. Entornos tan bonitos como la vía pecuaria de Lozoya, la vía verde del Alberche, Tajuña o el parque de Madrid Río, nos han permitido experimentar rutas accesibles tanto montados en bicicletas adaptadas como haciendo senderismo.
De este modo, en una jornada, se consigue aumentar la capacidad de adaptación de las personas con discapacidad a un terreno no explorado y en el que no están habituados a practicar deporte. Sentir el aire libre, ponerse en contacto con la naturaleza, sociabilizar con los compañeros, afrontar juntos las posibles dificultades son situaciones que se consiguen si salimos de la zona de confort.
Este tipo de actividad en vías verdes ha sido disfrutada este año por 100 beneficiarios a los que han dado soporte 10 técnicos de la Fundación También.



